Lermite

“Bueno, Aladino, ¿dónde está la lámpara?” Y Aladino contestó: “¡La tengo en el pecho!” El otró dijo: “¡Sácala ya y dámela!” Pero Aladino le dijo: ¿Cómo quieres que te la de tan pronto, ¡oh tío mío!, si está entre todas las bolas de vidrio con que me he llenado la ropa por todas partes? ¡Déjame antes subir esta escalera, y ayúdame a salir del agujero; y entonces descargaré todas estas bolas en lugar seguro, y no sobre estos peldaños, por los que rodarían y se romperian! ¡Y así podré sacarme del pecho la lámpara y dártela cuando esté libre de esta impedimenta insuperablel ¡Por cierto que se me ha escurrido hacia la espalda y me lastima violentamente en la piel, por lo que bien quisiera verme desembarazado de ella!”Las mil y una noches

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