Este libro explora el sufrimiento de acuerdo a los conceptos budistas. Si bien el libro de pronto se torna simplista en describir nuestras dolencias occidentales, lo que a ratos lo hace parecer un de libro de autoayuda más, es rescatable que no tiene un discurso basado en el pensar positivo, sino más bien hace incapié en la desesperanza del budismo acerca de esta vida en el samsara, y propone detenerse en el dolor a través de la meditación.
Es curioso, pero este libro me explica algunas cosas que no entendía del sendero que sigo, que no es netamente occidental y tiene muchos elementos de las prácticas tibetanas.