«De encuentro en encuentro, de deseo en deseo frustrado, la necesidad venía -sin duda pueril, pero siempre exigente- de ser admitida en la inocencia y el frescor de los primeros tiempos del mundo.»
«Yo no me pertenecía más. Me sentía llamada por las bestias hacia un bienestar que precedía los tiempos del hombre.»
El León, Joseph Kessel