El Enamorado

“¿Alguien hay?”, y “hay”, había respondido Eco. Él quédase suspendido y cuando su penetrante vista a todas partes dirige, con voz grande: “Ven”, clama; llama ella a aquel que llama. Vuelve la vista y, de nuevo, nadie al venir: “¿Por qué”, dice, “me huyes?”, y tantas, cuantas dijo, palabras recibe. Persiste y, engañado de laSigue leyendo «El Enamorado»