
La dualidad es una forma en que los humanos entendemos las energías o fuerzas opuestas en nuestro entorno. Físicamente puede ser el contraste entre frío y calor, luz y oscuridad, día y noche. Emocionalmente sentimos la dualidad en el contraste entre tristeza y felicidad, entre llorar y reír. En un nivel más complejo, vemos la dualidad en la naturaleza en las cualidades de creación y destrucción. La dualidad moral es aquella que diferencia entre bien y mal, y es la forma de dualidad que más frecuentemente se encuentra en el cristianismo, pero también en algunas formas de las creencias paganas. Algunas brujas y ocultistas hablan de magia “blanca” y “negra” distinguiendo la intención detrás de los actos. Esta distinción, aunque es rechazada por muchos, se hace generalmente a nivel práctico. Los paganos que seguimos la rueda solar del año, entendemos la dualidad como algo cíclico en la naturaleza entre luz y oscuridad, pero no necesariamente relacionado a un valor moral o ético, pero a diferentes estados de los seres, de los animales, plantas y humanos durante las cuatro estaciones del año. El invierno puede entenderse como opuesto al verano y el otoño opuesto a la primavera. Las Fases de la luna tienen una oposición similar entre las fases llena y negra. En la Kabbalah, existe una clara dualidad entre la columna derecha e izquierda del árbol de la vida. Estos dos opuestos son la severidad y el deseo de recibir y la misericordia o el deseo de dar, y usualmente se considera una connotación moral en estos opuestos y se ambos se consideran indispensables para nuestra evolución, la solución a dicha oposición es considerar la izquierda contenida en la derecha. El mal no es considerado una cualidad de la izquierda, sino la cualidad de la derecha dentro de la izquierda, y es la consecuencia de la caída. En algunas formas de paganismo, la dualidad entre macho y hembra, tal vez no entendidos como opuestos, sino como perteneciendo a naturalezas espirituales separadas, es relevante, ya que se les atribuye un género a las deidades.
En general el paganismo considera una visión de mundo monística donde los opuestos son entendidos como parte de un todo.
A veces la dualidad es expresada en un dualismo en las religiones como la oposición de dos o más dioses o demonios, que causan la existencia del mundo, esto en contraste con el monoteísmo en que se considera un sólo principio como el origen y generalmente se tienen serios problemas para explicar la naturaleza del mal. Mientras que muchos paganos terminan por considerar todas estas partes como un todo, esta no es necesariamente la visión pagana antigua.
En la antigua Mesopotamia encontramos la oposición entre viejas deidades concernientes al caos: Apsu, el Abismo y Tiamat, el dragón del Mar, y nuevas deidades que traen el orden: Marduk, una especie de demiurgo o creador. En Egipto, no había una dualidad explícita, pero encontramos contrastes entre deidades como Seth y Osiris, el primero como un dios estéril del desierto y el segundo cómo un dios de la fertilidad vinculado a las aguas del Nilo. En cuanto a la antigua Grecia, diferentes formas de dualismo existían en las distintas escuelas. Empédocles consideraba una alternación cíclica entre principios como el Amor y la Discordia. Cómo en muchas otras corrientes, él consideraba la existencia de demonios (en este caso almas) cómo seres divinos que habían caído en este mundo, viviendo en las “extrañas vestiduras de la carne” como animales, vegetales o humanos. Este es el accidente primitivo posteriormente se conoce como la caída. El Orfismo describía un concepto de cuerpo-tumba, siendo esta una prisión para el alma, junto a la idea de que todo va y vuelve al Uno, una oposición entre el uno y los muchos. Para Platón existían dos principios irreductibles: la idea y la chora (vasija material) y el mundo está condicionado por necesidades materiales. Sin el alma, el mundo sería una especie de sistema mecánico. Durante el Helenismo surge una forma más extrema del dualismo que incluye ciertas ideas del platonismo y el orfismo, el Gnosticismo, un movimiento judío, pagano y cristiano que consideraba la materia mala y el espíritu bueno. Ellos utilizaban el concepto de pneuma, aliento o alma, diferente a la psique, y divina en su naturaleza, que necesitaba ser liberada del mundo material del demiurgo, para alcanzar la pléroma.
Los Zoroastrianos narraban la historia de la oposición entre el benéfico Ahura Mazda y el destructivo Ahriman. La religión mistérica Mitraica estuvo fuertemente influenciada por el dualismo persa. Muchos de los que sintetizaron varias creencias desde el Cristianismo temprano, Judaísmo y Gnosticismo, sostienen polaridades como luz y oscuridad, bien y mal, paz y guerra.
Se hace muy difícil aseverar en qué momento el dualismo como la oposición del bien y el mal aparece en la religión. Muchos Neopaganos tratan de trascender estos conceptos y seguir una moral de no dañar a nadie, sin tener necesariamente una lista de reglas o un código moral fijo.
http://www.waningmoon.com/jcoughlin/writing/reclaimdark.shtml
http://jaysanalysis.com/2010/04/14/pagan-dualism-the-occult-and-the-trinity/
http://www.mizii.com/jesusi/inlight/religion/belief/dualism.htm
http://www.fas.harvard.edu/~iranian/Manicheism/Manicheism_I_Intro.pdf