‘¡Oh Tú, Virgen nublada del mundo, cuyos pechos son como lirios de color escarlata pálido ante el sol; méceme en la cuna de tus brazos, para que el murmullo de tu voz me puede arrullar a un sueño como una perla perdida en las profundidades de un silencioso mar.’
Aleister Crowley
Liber 963