Caza de Brujas

Según los académicos más actuales, la Iglesia no parece haber sido un único organismo o poder opresor contra la brujería durante los tiempos de la «caza de brujas», más bien parece haber existido un ambiente de pánico colectivo ante crisis económicas, enfermedades y otros males. Las cortes laicas fueron muchas veces más severas que las religiosas en los crímenes maléficos. Las condenas respondían a excesivas demandas de la población, por sobre todo durante períodos de crisis y malestar, muchas veces en la forma de problemas entre vecinos. En Dinamarca el período de mayores condenas coincidió con la crisis económica del país.  En los países en que funcionaba la inquisición (Italia, España, Portugal) el trato recibido por los acusados de brujería fue bastante más justo que en aquellos en que funcionaban las cortes locales, el castigo sólo era dado cuando se consideraba un acto como herejía, lo cual requería de un cierto nivel de educación, de lo contrario el acusado era más bien catalogado de ignorante o loco y se le recomendaba dejar dichas prácticas. Esto contrasta con casos como el de Suecia, en que incluso niños fueron procesados. En Alemania, Institoris , uno de los autores del famoso Maleus Maleficarum, de hecho fue destituido por el obispo que lo tenía a su cargo y relegado a un humillante retiro por su insistencia en el interés por extraer confesiones sobre la sexualidad de las acusadas durante los juicios en Innsbruck, fue en retiro que escribiría su manual, el cual representaba una postura oficial o general. Por otro lado muchos crímenes de brujería efectivamente involucraban muertes y otros crímenes, como el famoso affaire des Poissons de París, o el caso de los asesinatos de niños de Gilles de Rais. La tortura cómo castigo, era una práctica extendida en las cortes de Europa, para cualquier clase de crimen, y en muchas legislaturas la brujería constituía crimen de estado. Incluso, una vez que la ciencia redujera la brujería a superstición, esta pudo seguir siendo condenada como estafa. Es decir la historia de un claro opresor y un claro grupo reprimido no puede ser contada más que localmente.De hecho mientras la preocupación de la iglesia eran la herejías, las cortes seculares parecían más bien culpar a la brujas por los malestares de los cuales ellos eran los verdaderos responsables.

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