
Aletheia,
No dejes que beba de nuevo de las aguas de Lethes,
O, en vano, habré bebido de los demás ríos del Hades,
O volveré tras mis huellas, y el agua las habrá borrado,
Y en vano habré llorado sobre el Aqueronte,
Y caeré en el abismo de magdalenas y peces insignificantes,
Prisionera de un infierno sin espejos ni ventanas,
Cuya única salida es confesar lo indecible y perderte.
Has corrido el velo, y tu silueta brilla hasta cegarme,
Nunca, como saliendo del Hades, mis ojos ardieron.
Y ya no queda Noche,y los ríos crecen bajo la lluvia,
Y en el oriente arcillosas y tóxicas aguas me esperan,
Y como dice el lejano canto, beberé del Río Amarillo.